Premio Princesa de Asturias

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Huraki Murakami, es un novelista japonés, ha unido la cultura tradicional de su país con el arte y la música de Occidente, desde hace dos décadas, la idea de los libros de Haruki Murakami para miles de lectores y algunos críticos siempre parece inestable, un dilema que esta a medias entre la devoción y la incomprensión.

Murakami es el ganador del Premio Princesa de Asturias de las Letras, el reconocimiento anima a considerar su carrera, no solo por sus méritos sino por su capacidad para reflejar el mundo que lee sus libros obsesivamente, en busca de algo indecible.

Explicación histórica y sociológica

El propio Murakami ha narrado que su decisión de escribir novelas fue una especie de epifanía que lo sorprendió mientras veía un partido de beisbol, ya entrando en la vida adulta, lo del deporte no es una anécdota, ni la importación de los ganadores de la II Guerra Mundial que se origino en Japón.

Murakami, nacido en la posguerra y criado en la simpatía estética a los antiguos enemigos del imperio, el escritor se dedicaba al rock, al jazz, vendía discos, salía de noche, le interesaba la cultura afroamericana, traducía literatura en lengua inglesa.

Era un chico gandul, enrollado y solitario, encajaba mal en la reconstrucción industrial de Japón como en la cultura atormentada, teatral y casticista de su tiempo, la de Mishima y sus seguidores.

La primera clave para entender a Murakami es la del dialogo entre Japón y Occidente, pero muchos lectores, en las primeras líneas con las que descubrieron la obra fueron las de apertura de Tokio Blues, donde un traductor japones aterriza en Berlín y se encontraba con la melodía del Norwegian Wood de los Beatles en el hilo musical del avión.

Las referencias a la cultura popular occidental como esa abundan en los libros de Murakami, como destellos en interiores fríos y graníticos, sus personajes escuchan a los Beatles y discos de ópera italiana, interpretan Tío Vanya, conducen Saabs, leen a Freud, se llaman Kafka, se obsesionan con la pintura impresionista, son adúlteros, individualistas, solitarios, suicidas que desafían el orden moral de Japón.

En los libros de Murakami existe una parte de misterio, de realismo mágico que de alguna manera conecta con la literatura histórica de su país, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, entraba en el mundo de los sueños mediante una casa abandonada.

En 1984, una mujer se quedaba embarazada porque otro personaje tenía un sueño erótico, la escena era una trasposición japonesa del milagro de la fecundación en María, en paralelo, el relato trataba del mundo de las sectas que atormentaron a los japoneses en los años 90, en un enfoque periodístico y urbano.

En fin, Mukarami es un escritor de ciudadanes, de urbanistas solitarios que huyen entre las multitudes y anhelan conectar con alguien, en After dark, la composición relata de un collage con: gerentes de hoteles por horas, estudiantes chinas en crisis, adolescentes hipersexualizadas por miedo a la soledad.

Los libros de este escritor contienen su esencia, llenos de personajes en fuga, devastados por dentro, empeñado en encontrar algo que haga que la vida merezca la pena.